La cuestión.

Cada vez es más resonada la importancia de tomar el control de nuestros pensamientos, en diversas formas; en infinidad de ocasiones lo escuchamos, pero ¿realmente importa que yo piense positivo?, ¿mi vida cambiará si yo pienso diferente, si yo me enfoco en lo que realmente quiero, en lo que me gustaría tener y sentir, en la felicidad?

En este mismo momento tu te has introducido al pensamiento positivo mediante una técnica que he llamado “La Cuestión”. Al hacerte preguntas sobre aquello que te gustaría, quisieras, anhelas o deseas, de una manera suave, sin causar estrés por tus creencias arraigadas, te permites pensar cosas positivas, tener visiones e imágenes de prosperidad, sentir paz, tranquilidad, alegría y ganas de vivir; todo esto es por que tus pensamientos crean tus sensaciones, tu realidad, y si te mantienes en esa sensación de paz y alegría muy pronto aparecerán circunstancias en tu vida que te confirmen que sí es importante lo que piensas, pues estarás teniendo experiencias que te dan mas alegría y asombro sobre tu propio poder con solo preguntarte si podrás ser o tener tal cosa, tal experiencia.

Esta técnica es tan suave y placentera para la mente, para nuestras creencias y nuestra educación que prácticamente resulta un masaje para el pensamiento, en el cual se suaviza, se consiente, se quiere y relaja nuestro pensamiento como un músculo tenso y rígido el cual agradece este tipo de contacto.

En la vida de cada ser humano llega la oportunidad y la necesidad de convertirnos en nuestro maestro, en nuestro padre y madre, en nuestro mejor amigo, agradecer todo aquello que nos dieron y empezar a pulir y retocar nuestras creencias sobre la vida y sobre nosotros mismos. Podemos agradecer todo lo que recibimos de manera amorosa y saber que no hay nada que reclamar y no hay nadie a quien culpar, pues nos han dado con amor y con su mejor esfuerzo, sus propias creencias. Hoy tenemos la oportunidad de ser nuestra propia fuente de amor y alegría, de darnos todo lo que queremos, de ampliar y liberar nuestra forma de ver la vida, de educarnos según lo que queramos experimentar de la vida.

El método de la Cuestión es realmente sencillo, sólo tienes que hacer preguntas alineadas hacia tus deseos, sin hacer juicios sobre ellas. No necesitas responderlas, aunque es muy posible que con la práctica, con la constancia y con todas las sensaciones que esto genere un día te contestes: ¡Sí, yo puedo!

“La cuestión” como meditación.
Resérvate 3 minutos, al despertar y antes de dormir. Recostado o sentado en cualquier postura cómoda. Respira conscientemente utilizando tu abdomen, es como si inflaras un globo al inhalar, al exhalar se desinfla. Haz tu respiración suave y rítmica. Después de varias respiraciones ve relajándote, soltando tu respiración y llevando tu atención a las preguntas relacionadas con aquello que deseas en tu vida. Simplemente cierra tus ojos y permite que cada pregunta fluya.

Después simplemente relájate, suéltate unos minutos más y continúa con tu vida. Recuerda, no tienes que contestar tus preguntas, solo generar más preguntas alineadas con lo que tú deseas o quedarte con una sola y observar como ésta genera imágenes que te traen satisfacción.

Experimenta si te sientes bien con este proceso, si vienen imágenes a ti. Si te sentiste bien, haz de esta meditación parte de tu vida, recuerda, haz lo que te haga sentir bien, siempre. Ejemplos:

La salud. ¿Podré yo sanar?, ¿será posible que yo me sienta con mucha energía este día?, ¿podré sentir la alegría que siempre quise en mi vida?, ¿podré tener la fuerza y las ganas para realizar esta actividad que tanto deseo, que tanto me gusta?, ¿podré yo sentir esta parte de mi cuerpo ligera y radiante, suave y fresca?, ¿es posible que yo me sienta siempre joven y con salud radiante toda mi vida?

La riqueza. ¿Podré yo tener más dinero y más tiempo para disfrutar? ¿será posible que yo encuentre el trabajo que me haga sentir feliz y contento cada minuto del día y con un sueldo atractivo? ¿será posible ganarme la lotería? ¿podré yo tener el carro de mis sueños, podré yo comprar esa preciosa casa? ¿podré yo tener todo el dinero para hacer lo que quiera cuando quiera? ¿podré realizar ese viaje que tanto deseo?

El amor. ¿Podré yo quererme, amarme y demostrármelo? ¿podré yo perdonar? ¿podré yo respetar la forma de ser de todos y ser como yo soy? ¿podré sentirme libre y amar intensamente? ¿Podré yo experimentar el amor divino? ¿podré yo ser amado como siempre quise, de una forma natural y libre? ¿podré hoy conocer a esa persona franca y honesta con la cual quiero compartir mi felicidad?

“La cuestión” en acción.
De igual forma, solo cuestionando hacia lo que deseas y sin responder, puedes utilizar “la Cuestión” en cualquier momento. Ejemplos: ¿Podré hoy tener un día lleno de sorpresas, de alegría y de energía? ¿será posible que empiece a fluir rápidamente la carga vehicular? ¿será posible que me siente completamente seguro y tranquilo en la junta del medio día?

Otras formas.
También puedes escribir las preguntas o hacer una lista de preguntas y leerlas. Experimenta y descubre que te funciona mejor a ti.

La invitación.
Si sientes este proceso agradable, si te gustó, te invito a realizarlo durante 30 días continuos, dos veces al día y que compartas tus experiencias, tus anécdotas, los cambios y maravillas que sucedan a tu alrededor por simplemente cambiar tus pensamientos.


Lo mejor hoy y siempre.

Christian Pardo: Asesoría Emocional. Terapia Online y Telefónica




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