Limpiando palabras.

Platicando con mi amiga Pau, me comentaba sus planes a largo plazo para su creciente carrera profesional. Mientras compartía conmigo todos los proyectos en los que había participado y en los que actualmente se encontraba trabajando, le comenté, “eres experta en el tema, no cabe duda que estás cerca de lograr tu próximo objetivo”, esto la molestó un poco, me dijo que no se consideraba experta en nada, y que además le disgustaba que la gente se considerara experta en algún tema.

Fue obvio que alguna de las palabras que pronuncié estaba ligada a alguna idea que para ella nada tenia que ver con mi intención de motivarla. No fue capaz de ver esta intención por que ya no se encontraba en el presente conmigo, ahora estaba filtrando mis palabras desde otro tiempo, el cual no era agradable para ella.

Desde mi perspectiva personal, su malestar emocional le indicaba la oportunidad de hacer limpieza de algunas ideas que la tenían atada y lejos de su libertad emocional. En otras palabras, para mi era una oportunidad maravillosa de liberación, mientras que para ella era una sensación molesta que prefería olvidar –yo diría reprimir nuevamente-.

Esto es más común de lo que parece, sin embargo, encierra el potencial de crecimiento y paz detrás de ello. Cuando bastantes personas tienen una visión en común sobre algún tema, se llega a considerar una verdad social, pero es posible, que esta verdad no sea conveniente para tu visión individual, para tu vida.

En alguna ocasión un cliente me comentó que nunca le pondría a su hijo tal nombre, y esto se debía a que ese nombre le recordaba a un compañero de primaria que le caía mal. Curiosamente, no recordaba por que le caía mal, solo sentía un malestar al escuchar su nombre.

Ejemplos como estos los encontramos en diversos temas todos los días, algunos aparentemente intrascendentes y que parecieran no afectar nuestras vidas; otros, nos pueden llegar a sacar de nuestra intención más sincera de estar bien con el mundo y con nosotros mismos y tirar todo por la borda.

Oportunidades como éstas, en las cuales sentimos incomodidad al escuchar una canción, ver alguna imagen o incluso, algo referente al tacto o al olfato, son excelentes situaciones para limpiar la idea que sustenta el malestar emocional.

La limpieza de palabras es cambiar la perspectiva sobre algún tema, se podría decir que es una ampliación de lo que pensamos sobre algo, un crecimiento y maduración sobre nuestras propias ideas y creencias con la intención de que nos sirvan en la vida.

En este ensayo, la palabra limpiar no significa tirar, sino sacudir. Es como un mueble arrumbado y lleno de polvo, al cual por fin nos enfrentamos con la determinación de sacarle provecho y que sea útil en nuestra casa.

Entonces, continuando con lo de mi amiga y con la intención de que ella empezara a limpiar el tema le pregunté: ¿dónde estaba lo malo de que alguien se considerara experto en algo? a lo que respondió, un poco más molesta, que era imposible que alguien lo supiera todo respecto a un tema; que aún la gente mayor, seguía enfrentando retos en su profesión, asi que, ¿cómo alguien joven se puede considerar experto en algo?

Le dije: “para ti experto significa que llegaste a un punto en el cual ya no vas a crecer, que sería algo aburrido y que ésta palabra no aplica para alguien joven. ¿Eso crees?”. Me respondió que más o menos, que me acercaba mucho a lo que ella entendía por experto. Me reí un poco para suavizar el ambiente y le dije que con esa definición a mi también me molestaría la palabra experto, es más me daría miedo, pues solo pensar que ya no hay más después de ser experto en algo era el aburrimiento total.

Le comenté que para mi, pensar en un experto, era una persona que gracias a su práctica, a sus experiencias, contaba con un abanico más amplio de posibilidades en el tema, y que esta seguiría expandiéndose indefinidamente, lo cual lo hacía interesante y divertido. Imagino a esa persona diciendo para si misma: “¿Y ahora, de qué manera me ayudará a crecer este nuevo trabajo, este nuevo reto? Gracias a mi experiencia, al recordar todo lo que he resuelto, me siento motivada y con confianza para este nuevo desafío en el cual me pienso divertir como nunca.”

Lo interesante aquí es que detrás de cada palabra, de cada una de nuestras definiciones de la vida, se encuentra alguna circunstancia que la sustenta como tal. Podemos tener grandes discusiones simplemente por que cada quien ve la vida con sus propios ojos, la define según su perspectiva y trata de explicarla con el mismo vocabulario.

Lo que hay detrás de todo son experiencias, y éstas son las que definen como nos sentimos con respecto a algún tema. Sin embargo, no significa que no podamos cambiar nuestra forma de pensar al respecto, sobre todo, cuando sentimos que nuestro pasado no ayuda a lo que queremos en nuestro presente. Recuerda que la emoción es tu mejor amigo y siempre te ayudará a saber si estás bloqueando tu hermoso futuro.


Le dije a mi amiga que abriéramos un diccionario para ver que definición daba de la palabra experto. La definición fue simple: alguien que tiene experiencia. Inmediatamente comprendió mi intención inicial al decirle que era experta en el tema, su rostro cambio y sentí como creció su confianza, me dijo: “claro, yo tengo muchísima experiencia en lo que hago”; nos reímos soltando lo que quedaba de tensión al respecto.

En realidad nunca fue necesario abrir el diccionario, solo fue un buen remate, pues al enfrentar su malestar con un enfoque más amplio y permitir que la emoción saliera, ella había hecho su trabajo, limpiar palabras al limpiar su campo emocional.

Todos queremos ser felices, queremos lo mejor de la vida y la vida lo tiene para nosotros, solo debemos hacer nuestro verdadero trabajo, limpiar el polvo que cubre nuestra felicidad y volvernos expertos en el tema.


Christian

Christian Pardo: Asesoría Emocional. Terapia Online y Telefónica




Sesiones personales, clases y más...


a





Recomendaciones...