la once

A través de la historia hemos tratado de explicar con la mente lo que el corazón es. Una forma que ha llegado a tomar gran poder gracias a la atención y la creencia en ellos, son los símbolos.


El camino que conduce al hombre de retorno a su más amplia visión de si mismo es único e individual, un ejemplo de poder para muchos, un recordatorio de que existe la posibilidad de ser lo deseado, de ser autentico; más ese camino sigue siendo de aquel hombre que lo caminó. Ese camino te puede inspirar, te puede animar, te puede hacer creer, pero al final, la más grande oportunidad es confiar en ti y hacer tu propio camino.



Cuando te descubres en tu sendero de confianza y armonía sabes que simplemente eres. De ahí que el 1 me parece perfecto para simbolizar tu integridad, la cual nunca podrá ser modificada. Descubrirás que al compartirte con todo lo que te rodea en tu vida, siempre formarán un 11.

Es estupendo conocerte como una entidad compleja, de la cual puedes sacar provecho al darte cuenta que posees tu hermoso cuerpo físico, tu poderosa mente, tus emociones guía y la energía que enlaza todo lo que eres. Por eso, el 11 simboliza que eres más de lo que ves.

Es incuestionable que en nosotros descansa un gran potencial, el cual se ha puesto en marcha desde la propia concepción y es ilimitado. Es por eso que las semillas simbolizan el potencial latente que da origen a un frondoso árbol, donde muchos pueden recobrar el aliento al amparo de su sombra para seguir su camino.

Verde vida, verde riqueza, verde amor. Color angelical de sanación que reside en nuestro corazón y, con el cual nos envolvemos al otorgar y otorgarnos el perdón liberador que nos permite amarnos y amar todo lo que nos rodea.

Plata legendaria, pureza protectora. Su temple une al sabio interior con nuestra consciencia para recibir el eterno presente.

Yin-Yang-Tao. Las polaridades existentes en nuestro interior, que al encontrar su armonía por la integración, devuelve el estado de fluidez, nuestro estado natural de ser 1 con todo lo que es.

Resulta útil recordarnos a través de los símbolos, nuestra gran herencia como hijos de la eternidad, sin olvidar, que eso es todo lo que los símbolos nos pueden dar. Un recordatorio de que todo está dentro de ti.

Por que sé que eres 1, y me encanta que formemos más, 11, deseo verte irradiando tu belleza al andar el único camino, el tuyo.



Que los mejores pensamientos creen tu mundo.

Christian Pardo: Asesoría Emocional. Terapia Online y Telefónica




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